98/Memoria del zumbido

La memoria, me imagino, es como un edificio fragmentado, con diferentes niveles que se separan y unifican. Se vinculan... con algo.

La recepción del sonido y el conocimiento, junto a la lectura, me invitan a crear. A dibujar las formas , a pensarlas a color, a generar un contraste. Sonido es muchas veces una situación, un viaje, una lectura.

¿Qué relación habrá entre "Campo nuestro", de Oliverio Girondo, y " Lidia, ignoramos, somos extrangeiros", de F. Pessoa ? Ninguna y todas.

El número 98 me atrapó , lo encontré en una calle , entre las miles de rúas laberínticas lisboetas.

En esa casa bajo ese número un cartel:  "de regresso definitivo a Portugal, em 1905, Fernando Pessoa viveu aqui (2do esz) com a Tìa Anica, Irmá de sua mae".

Siempre me alivian estos rastros, porque todo lo que pienso de los múltiples Pessoas en Buenos aires se desvanece. Existió.

En este grabado de 4 pisos trabajé inicialmente desde el inconsciente y la percepción, no con la  finalidad de desarrollar-investigar una técnica, sino mas bien con una inquietud: interpretar qué registro queda de la música en mi memoria. Qué pasa con   la lectura reciente y las formas de  los instrumentos.

Nada nuevo es que cada persona vive su propia experiencia, y eso la hace única.

Aunque podamos compartir y debatir sobre que tan buen baterista fué Paul Mc cartney en Helter Skelter, o si Ricardo Reis era mas o menos espiritista que Alvaro de Campos. No lo sabemos ni hay verdad absoluta (ese será debate de las religiones  y de la ciencia).

En 98/ Memoria del zumbido aparecen nuevamente los 4 naipes de los dos grabados anteriores que representan simbólicamente  a una persona en particular, una jugadora nata que vivió su vida jugando .

La guitarra portuguesa del fado, los teclados de Emerson, Lake and Palmer, asì como los textos "Pink Floyd, Beatles y Doors". 

Los libros recientes: El infinito en un junco, de Irene Vallejo, o el continúo Libro rojo, de Jung.

Este último me interesa todo el tiempo, lo sigo leyendo. 

El resultado de todo ese esquema ( que es la mente) y los sentidos desembocó en este grabado que no por casualidad es a colores: pienso que de la misma manera que la memoria es fragmentada, única y otra vez fragmentada,  las cuatro matrices que componen y descomponen el color, de forma casi matemática y azarosa, se vinculan, se funden y se vuelven a separar. Como la memoria.

Creo.

J.S.C

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Memory, I imagine, is like a fragmented building, with different levels that separate and unify. They link... to something.

The reception of sound and knowledge, together with reading, invite me to create. To draw shapes, to think about them in color, to generate a contrast. Sound is often a situation, a journey, a reading.

What relationship will there be between "Our Field", by Oliverio Girondo, and "Lidia, we ignore, we are foreigners", by F. Pessoa? None and all.

Number 98 caught me, I found it on a street, among the thousands of labyrinthine streets in Lisbon.

In that house under that number a sign: "Definitive return to Portugal, in 1905, Fernando Pessoa lives here (2nd year) with Tìa Anica, Irmá de sua mae".

I am always relieved by these traces, because everything I think about the multiple Pessoas in Buenos Aires fades away. It existed.

In this 4-story engraving, I initially worked from the unconscious and perception, not with the aim of developing-researching a technique, but rather with a concern: to interpret what record remains of the music in my memory. What about recent reading and instrument shapes.

Nothing new is that each person lives their own experience, and that makes them unique.

Although we can share and discuss how good a drummer Paul McCartney was in Helter Skelter, or if Ricardo Reis was more or less a spiritualist than Alvaro de Campos. We do not know and there is no absolute truth (that will be the debate of religions and science).

In 98/ Memory of the Buzz, the 4 cards from the two previous engravings appear again, symbolically representing a particular person, a born player who lived her life playing .

The Portuguese guitar of fado, the keyboards of Emerson, Lake and Palmer, as well as the texts "Pink Floyd, Beatles and Doors".

Recent books: The infinite in a reed, by Irene Vallejo, or the continuous Red Book, by Jung.

This last one interests me all the time, I keep reading it.

The result of all that scheme (which is the mind) and the senses led to this engraving that is not by chance in color: I think that in the same way that memory is fragmented, unique and again fragmented, the four matrices that make up and they decompose the color, in an almost mathematical and random way, they are linked, they merge and they separate again. Like memory.

I believe.

J.S.C